Un vuelo de Maracaibo a Santiago ✈️
Soy Angélica Hernández, soy la segunda hija de mi mamá y tercera de mi papá. Actualmente tengo 27 años, nací y me crie en Venezuela, hasta el 2019, en donde emprendí una nueva aventura difícil, de superación pero muchas alegrías que les quiero contar.
Mi niñez fue muy linda, recuerdo con nostalgia el tiempo que me críe en mi casa de Maracaibo, cuando con todos mis amigos de la calle jugábamos incansablemente hasta que nuestros papás salían a buscarnos.
En mi casa siempre fueron bienvenidos todos los vecinos y nunca faltaba para ellos las tacitas de café y las copuchas del barrio.
Ya como todos saben la situación en Venezuela fue empeorando cada vez más, en ese tiempo me titulé de técnico administrativo contable y quedé trabajando en la empresa donde hice mis pasantías, es allí donde conocí a José quien es ahora mi esposo.
En 2018 José es el primero en migrar a Chile, con esta decisión tomada decidimos casarnos antes de él partir, luego cuando ya la tenía días de haber llegado a Chile me entero de que estaba embarazada, situación la cual nos llevó apresurar mi viaje a Chile.
Personalmente migrar para mí fue algo muy difícil, más embarazada; Se qué puede sonar muy cliché pero es muy difícil meter toda tu vida en un bolso de mano e irte a un país totalmente desconocido.
Luego, llega el nacimiento del bebé, Andrés ha llegado a mejorarnos y cambiarnos 100% la vida, él se adelantó a su fecha de nacimiento y es por ellos que con el pasar del tiempo nos fuimos dando cuenta que iba atrasado con su desarrollo, después de miles estudios consultas y exámenes dimos con los diagnósticos, autismo fue el primero de ellos.
En Venezuela estos diagnostico eran desconocidos por lo menos cuando yo viví allá, entonces esto para nosotros fue totalmente duro e incierto. Actualmente Andrés está diagnosticado con Autismo y Apraxia del habla, por vivir en chile es que pudimos realizar terapia a edad temprana.
Si bien no es fácil recibir el diagnóstico de Autismo, cómo sus papás siento personalmente que aún con miedos, tristeza y dudas nos enfocamos en él, en sus necesidades, en transitar la aceptación, pero sin dejarlo de lado.
Si bien todo este proceso ha sido una montaña rusa con aciertos y desaciertos hoy día estamos acompañados de un excelente equipo terapéutico, de compañeras de trabajo que se convirtieron en amigas y están siempre allí escuchando las millones de veces que hablo en el día de Andrés.
Para concluir, estar en este país ha sido muy positivo para mi historia de vida, conocí a personas en las que encontré una hermosa amistad, compañía, ayuda y contención. En chile construí mi hermoso hogar, junto a José hemos crecido, aprendido y superado tantas cosas juntos y hoy día tenemos una hermosa Familia.
Acá me convertí en una mujer independiente, fuerte, capaz, aunque salieron muchas cosas que no conocía de mí, siento que todo fue para bien, porque logré interiorizarme, logré ver que podía ser más de la Angélica que se quedó en Venezuela, pude pensar nuevamente en el futuro, en volver a estudiar una carrera y trabajar en aquello que no me hacia bien para poder tener la mejor versión de mí.
Se qué tengo mucho camino por recorrer y que aprender, pero le doy gracias a Dios por el hoy, por nunca soltarme y sacarme de los lugares que no me hacen bien, y siempre rodearme de las mejores personas.
